El conjunto galés llega a la final del domingo como candidato, pero hasta hace unos años militaba en el ascenso profundo del fútbol inglés. A su vez, hace más de una década un grupo de hinchas lo salvó de la bancarrota y pasaron a manejar el equipo de sus amores el cual sueña en grande.
El fútbol
inglés de un tiempo a esta parte se ha convertido, por un lado, en la liga más
vista del mundo. Pero así como ganó en espectadores basándose en un cambio
total que se dio desde la creación de la Premier League a comienzos de los 90,
también muestra clubes que en cierta medida han perdido su esencia. Así, el
Manchester City de la familia de Emiratos, el Chelsea de Roman Abramovich o los
Manchester United y Liverpool de capitales estadounidenses le han quitado cierto
sabor o gusto al fútbol de aquellas tierras.
Es cierto,
lo que ha perdido por un lado, lo ha ganado por otro, ya que el caudal
económico posibilita –bajo perdidas fastuosas en una burbuja que parece que
explotará- la llegada de futbolistas de cada vez mayor nivel. Sin embargo, en
las copas, tanto en la FA como en la Copa de la Liga, mucho de ese viejo
espíritu aún se mantiene.
Es por eso,
que esta final del domingo entre el Bradford y el Swansea City tiene una aroma
diferente y no solo porque se juega en Wembley. Ayer, les presentábamos al equipo de la Cuarta División (League Two)
hoy lo haremos con su rival, un equipo con muchas particularidades y que hasta
hace 9 años militaba en la misma divisional en la que lo hace el matagigantes
de esta Capital One Cup.
Ya de por
sí, el hecho de que el Swansea juegue en el fútbol inglés, pero que esté
radicado en Gales le da cierto color al asunto. No es el único en hacerlo (de
hecho el Cardiff City puede llegar a acompañarlo el año próximo y hay clubes
ingleses que juegan en la Liga Galesa), pero sí fue el primero en llegar a este
formato Premier League. El conjunto de camiseta blanca, había tenido un paso
por la vieja Primera División inglesa en la década del 80 (de la mano de John Benjamin Toshack escalaron desde la Tercera) pero apenas dos
temporadas duró su periplo.
Desde su
ascenso a mediados del 2011, si algo destacó al Swansea es su fútbol atildado.
Sin grandes nombres, una idea colectiva de asociación y pases cortos hizo del
equipo del Sur de Gales uno de los más atractivos para ver en la Premier
League, incluso teniendo secuencias de pases más largas que las del propio
Arsenal.
Eso llevó a
que Brendan Rodgers fuera buscado por el Liverpool (se llevó a Joe Allen, una
de las figuras del equipo) y en su lugar como entrenador llegó el danés Michael
Laudrup. El DT siguió una línea que se había iniciado antes con Roberto
Martínez en la etapa de la Tercera División y que pese a la ausencia de
resultados también había sido buscado con el fichaje del portugués Paulo Sousa.
Pero
decíamos que más allá de su estilo, uno de los datos más importantes es que la
nómina de jugadores –en especial en la primera temporada en Premier- es de
muchos ilustres desconocidos para el gran público o de jugadores que pasaron
sin pena ni gloria por equipos de mitad de tabla para abajo.
La llegada
del español Pablo Hernández marca un antes y un después por su precio (5.5
millones de libras), pero la compra de la temporada fue la de Michu. El español
tenía buenos antecedentes en el Rayo Vallecano, pero en Gales explotó. Fue uno
de los fichajes de la temporada y es la figura del equipo, a punto tal que en
España se plantean si no tendría que ser citado por Vicente del Bosque.
![]() |
Michu, locura |
Así, en
este certamen fue sacándose de encima a rivales pequeños como el Barnsley o el
Crawley, algunos de su status como el Middlesbrough y otros más arduos como el
Liverpool en cuarta ronda y el Chelsea en semifinales; en Stamford Bridge el
2-0 fue histórico.
Hablábamos
del significado particular que tienen en Inglaterra las competiciones de copa,
no sólo por su formato (que predispone a que haya sorpresas) sino por el
contenido simbólico, más aún todavía en la FA. Hace unas pocas temporadas, la
única instancia de poder medirse a un grande para el Swansea era en estos
certámenes.
Como muchos
otros clubes (recordamos el caso paradigmático del Portsmouth que contáramos en
CR) en Inglaterra, en el traspaso a manos privadas y la llegada de capitales
foráneos, el Swansea City coqueteó con la desaparición. Un espiral de gastos y
malas administraciones enfrentó al club a una situación extrema.
La deuda se
acrecentaba a comienzos del siglo XXI y tras una serie de pases en la
administración del club, quien se hizo cargo (adquirió las acciones por el
simbólico precio de 1 libra )
del club fue el australiano Tony Petty, cara visible de un grupo australiano.
Con el equipo recientemente descendido a la cuarta categoría su política
básicamente fue la de vaciamiento.
Despidió a
quince jugadores, hizo rodar las cabezas de más de un entrenador en ese caótico
2001 y para comienzos del 2002 la caída a la Conference (Quinta División,
fútbol semiprofesional) era una amenaza concreta, casi el paso previo a la
desaparición. Pero fue ahí donde apareció la gente del Swansea, tomó el toro
por las astas y se sacó a los australianos de encima.
Por un
lado, un grupo más de a pie se formó en lo que el Reino Unido se conoce como
Supporters Trust, una instancia que lucha para que los clubes tengan
representación de sus aficionados en las comisiones. Muchos clubes tienen las
suyas, el Swansea también. Pero por otro lado, algunos con mayor capacidadeconómica se unieron, consiguieron los fondos y le re compraron el club a
Petty, además de hacerse cargo de la deuda que estaba cerca del millón de
libras.
![]() |
Los directivos del Swansea en Wembley |
Una de las
particularidades de ese grupo que se juntó y puso la tarasca es que estaban dos
amigos que se conocieron a la distancia y a través del Swansea. Esto es así; el
joven John van Zweden necesitaba mejorar su inglés a finales de los 70 y desde
La Haya decidió ponerse en contacto con alguien en Gran Bretaña, buscar un
amigo por correspondencia. Envió un mensaje al Swansea (militaba en Tercera en
ese momento), pues pensó que tenía mayores chances de éxito.
Así se
cruzó con David Morgan, quien le respondió a su anuncio en la revista del club. En poco
tiempo se hicieron amigos y John se fanatizó por el Swansea, como cuenta la
revista Panenka de septiembre del 2012. La relación creció con el tiempo y en
el 2001 ambos pusieron parte de sus ahorros (en el caso del holandés incluso 70
mil libras) para rescatar al club.
Lo que vino
de allí en más fue increíble. El equipo se salvó con lo justo de perder su
status profesional y de allí en más el espiral sería imparable. Ascenso a la
tercera en 2005, nuevo logro en el 2008, ya con Martínez (hoy en Wigan) como Manager
y la llegada a la Premier en el 2011. Impecable. Tras dos años en la máxima
categoría tienen la opción tangible de clasificar a Europa si vencen este
domingo al Bradford. Además, en el 2005 inauguraron el nuevo estadio, el Liberty Stadium, para 20 mil espectadores pero que se ampliará a 32 mil en los próximos años.
Pero más
allá de esta chance, los directivos apuntan fuerte a Europa. El dueño del club, Huw
Jenkins, explicó que el equipo puede hacerlo muy bien en su vuelta a la
competiciones continentales (ha competido como clasificado por la Copa de
Gales, aunque ahora ya no la disputa). A su vez, dijo en otra nota que la
llegada del Swansea a la Premier ha reportado un impacto económico favorable
para la ciudad y para el sur de Gales de alrededor de 58 millones de libras,generando 400 puestos nuevos de trabajo.
Todo esto,
con uno de los presupuestos más bajos. De hecho, Yaya Touré gana más de 10
veces lo que ostenta todo el plantel de los galeses. Pero los directivos del
equipo de los cisnes apuntan alto. Es que juegan con una ventaja: mantienen los
números al día, incluso reportando ganancias en todos los ejercicios. Ellos creen
que cuando las leyes del Fair Play financiero que propone Platini entren en
vigencia muchos equipos no podrán reacomodarse y ellos saldrán ganando.
Mientras tanto, su equipo sin figuras disfruta en un club sin jeques y con
hinchas en la directiva.
0 Comentarios..:
Publicar un comentario