Comandante Cristiano



El Real Madrid venció al Barcelona en el Nou Camp por 3-1 y se clasificó finalista en la Copa del Rey. Los Blancos aprovecharon sus oportunidades para ponerse en ventaja y luego fueron muy superiores. Messi, una sombra. Ronaldo, determinante.

Cada choque entre el Barcelona y el Real Madrid deja mucho material para analizar, y este no fue la excepción. Claro, los dos mejores equipos del mundo, con estilos disímiles, marcan tendencia e invitan al debate. El juego de hoy marcará la que fue hasta acá la ventaja más clara para los dirigidos por José Mourinho.

Pero no sólo por el 1-3 final en favor de los de la capital española. No. Sino, por los momentos que se vivieron desde el 0-2 en el Camp Nou; un Barça desconocido, un Madrid colosal, muy serio, desplegado y ágil.

Y si este juego va a ser recordado por eso que mencionamos antes, también lo será por el partido de Cristiano Ronaldo. El portugués, en especial en el primer tiempo, fue absolutamente determinante (Piqué le cometió el penal que luego convirtió él mismo) en el resultado pero más influyente fue en el juego. Amenaza constante, el ex Manchester United se cargó el ataque de la visita y jamás pudo ser contenido ni en los mano a mano ni de forma colectiva por la zaga blaugrana.

CR7 fue la llave del éxito del Real Madrid

Es por eso, que no es casual que haya sido el sexto encuentro consecutivo que Ronaldo marca en Cataluña. Los juegos en los que CR7 no aparecía y el Madrid era temeroso quedaron muy atrás en el pasado. Hoy, otro es el cantar.

Los primeros minutos del juego invitaban a pensar en otro partido. Es que Messi antes de los dos minutos la recibió de Pedro y la remató apenas afuera del arco defendido por López. Fue la única vez que la defensa madridista le cedió algún espacio. Iniesta y Cesc probaron de lejos en el arranque.

De nada sirve la protesta de Puyol, el penal ya estaba cobrado

Era mejor el Barcelona y parecía decidido a ampliar la ventaja con la que comenzó el partido. Undiano Mallenco marcó afuera del área una infracción de Di María sobre Messi, del otro lado, pegó Ronaldo.

El impacto fue duro. Solo Iniesta con su talento y Alves con su actitud estuvieron a la altura. Cesc fue impreciso, los centrales perdieron siempre ante Ronaldo y Alba volvió a ser light.

Del otro lado, Varane dio muestras de ser un central de categoría y esta serie lo consagra a nivel mundial. Además del gol en la ida (y el 0-3 que marcó hoy) se deglutió a Messi. En poco campo o con muchos espacios, el rosarino perdió siempre ante el francés de apenas 19 años. Pasta de crack.

Hoy no pudo con la defensa madridista

En el cierre de la primera parte volvió a la carga el local. Un tiro libre de Messi apenas desviado y un remate lejano de Iniesta fueron las opciones que tuvieron los de Roura; se hablará de la ausencia de Tito Vilanova seguramente en los próximos días. Con el DT que se recupera en Nueva York de su enfermedad, el Barça tampoco había doblegado al Madrid ni en la Supercopa (en el global) ni en la Liga.

El 2-0 sentenció la serie. Un despeje encontró a Di María mano a mano con Puyol; el rosarino se sacó con extrema facilidad al capitán culé y tras el rechazó de Pinto, Ronaldo facturó. De allí hasta el final se vio lo peor del Barcelona desde julio del 2008 para acá.

Perdió su fisonomía el Barça; del otro lado el Madrid se paseaba. Llegó el tercero de Varane pero podrían haber sido muchos más. Villa poco pudo hacer tras su ingreso. Messi tuvo un partido olvidable (definitivamente está pasando por un momento bajo) y ahora se comienza a levantar un mar de dudas en el campamento catalán. Con la Liga ya en su bolsillo y afuera de la Copa del Rey, la vuelta ante el Milan pasa a tener una trascendencia mayor aun.

Messi lo mira, Ronaldo goza.

Del otro lado el Madrid abrochó una victoria espectacular. Ronaldo engrandece su figura de líder absoluto de su equipo y la serie además deja la confirmación para Mourinho de que tiene en Varane un jugador descomunal. Volverán a verse las caras el domingo por Liga en un juego con mucho menos en juego.