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Las perlitas del cierre del libro de pases en Italia




Como suele ocurrir en la península, los movimientos contrarreloj en el Calcio dejaron historias que merecen ser destacadas. Un jugador que viajó pero su pase estaba frustrado, otros que no llegaron por segundos y algunos que le ganaron al tiempo.




Que el cierre del libro de pases sea tan estricto, con fecha y un horario fijado y sobre todo que no haya excepciones de ningún tipo, da lugar a que las últimas horas del mercado en Italia, se presenten toda clase de situaciones particulares. Este enero de 2013, no fue la excepción.

Empezamos por el que se ganó el primer lugar de hechos bizarros este jueves 31 de enero: Maarten Stekelenburg, el –todavía- arquero de la Roma. Como se sabe, el golero holandés perdió su lugar como titular a manos del uruguayo Mauro Goicoechea en el arco del conjunto de la capital. Por eso, este mercado invernal era una buena opción para el ex Ajax.
 
Es por eso, que el Fulham de Londres se había interesado en sumar al arquero. El pase parecía encaminado y hacía la ciudad inglesa viajó Maarten. Pero, cuando él estaba en el aire, el pase se cayó: todo el mundo del fútbol lo sabía, él, que estaba en el aire, no. La transferencia no se hizo porque los Giallorossi no lograron fichar a Viviano, de la Fiorentina y trabaron la operación con el Fulham. Pobre Stekelenburg.

El reloj te puede jugar a favor o en contra. Como somos malos, empezamos por la Lazio, equipo al cual se le escapó la tortuga. Es que el fax internacional con la confirmación de la transferencia de Felipe Anderson del Santos de Brasil hacia Lazio llegó a las 19:00:04 cuatro segundos; por ese margen ínfimo, el pase no se hizo.


Deberá buscar otro destino, Anderson
Por el contrario, el Pescara estuvo más ducho y llegó sobre la hora a asegurarse dos jugadores. Es que a las 18:59:56 segundos –o sea, cuatro antes de que termine el plazo- el equipo recientemente ascendido informó de los fichajes de Giuseppe Sculli y Luciano Zauri.

Pero a su vez, el Pescara no pudo cerrar a Pajtim Kasami; se cayó la conexión a internet y la documentación no fue entregada a tiempo. Otra vez, el Fulham de por medio; Mino Raiola, su representante, lanzó insultos en todos los idiomas. 

Esta situación trae a la memoria el mágico desenlace de la segunda llegada de Diego Milito al Genoa. En esa oportunidad el presidente de la entidad genovesa debió arrojar por la ventana del Ataquarck hotel de Milán el contrato del jugador que hasta ahí pertenecía al Zaragoza.

Con esa insólita maniobra evitó subir personalmente y alcanzaron así a hacer el fichaje de manera legal. Luego el Principe la rompió toda ese año en Genoa y luego llegó su paso al Inter, equipo con el que se consagraría a nivel local y también en la Champions League (entre otros trofeos). 

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