Dialogamos con el delantero español del Auckland City FC de Nueva Zelanda, quien debutó en el Barcelona junto con Lionel Messi, pero la vida lo llevó a recorrer un camino muy diferente. La historia de un jugador que la peleó y en diciembre jugará el Mundial de Clubes.
Jugar en el Barcelona y al lado de Lionel Messi es sólo para elegidos o para tocados por la varita mágica, aunque cuando la Pulga debutó el planeta fútbol no lo idolatraba como en el actualidad. Ese día, un 3 de noviembre de 2003 en un partido frente al Porto, el rosarino no fue el único que saltó a una cancha profesional por primera vez, porque también fue la aparición de Manel Exposito, un delantero que hoy la rompe en Nueva Zelanda y que a pesar de ese inicio similar con el argentino, recorrió un camino muy diferente.
Cultura Redonda dialogó con este delantero, el cual habló de todo. Una charla para repasar su carrera y aprender un poco de cómo es ese fútbol del que no todo el mundo habla, pero que merecer ser destacado. Aquí las respuestas ante nuestras dudas:
- ¿Cómo fueron tus inicios en el fútbol y qué
recordás de tu paso por La Masía? ¿A qué compañeros puedes nombrar que hayan
compartido inferiores con vos?
-Mis inicios en el futbol fueron un poco tardíos, aunque empecé
a jugar con 8 años en la escuela de fútbol de mi pueblo, la U.E. VIC, no fue
hasta después de la edad juvenil cuando el Barça me firmo para su equipo
filial. Fue una época de muchos cambios, firmar por el club de tus sueños no le
pasa a todo el mundo, aunque no me costó mucho adaptarme. Tuve unos compañeros
geniales de las cuales guardo grandes amistades hoy en día, jugadores como
Oscar López (ex Barça, Lazio, Betis, Numancia etc.) y mucho contacto con la mayoría
de integrantes de esa plantilla como Joan Verdú y Sergio García, por ejemplo,
actualmente en el RCD Espanyol, Oleguer Presas del Ajax, Sergio Santamaría, campeón
del Mundo Sub-20 y ya retirado, y una larga lista de jugadores y amigos que aún
conservo de esa época.
De la época del Barça lo recuerdas todo, desde el primer día
que te presentas a las pruebas médicas como único fichaje de esa temporada,
hasta el primer entrenamiento que haces con el primer equipo, el día a día, los
viajes, etc. Dicen que es el mejor club del mundo y es por algo, uno se siente
muy a gusto y valorado.
- Hoy por hoy se habla mucho del trabajo en la cantera del
Barça. ¿En qué notaste o notabas que el trabajo era superior a otras academias
juveniles?
-Bueno, para empezar, el trato con el balón era constante. Todos los ejercicios incluso los que eran exclusivamente físicos en pretemporada,
se integraban con el balón y el trabajo táctico y estratégico también. Era una
constante al igual que toda clase de ejercicios destinados a la posesión del balón.
La rapidez de movimientos y agilidad mental con el balón en los pies estaban al
orden del día, así como un trabajo psicológico con un psicólogo deportivo.
Evidentemente, las instalaciones y posibilidades de material que tiene un
club como el Barça son muy difíciles de igualar.
- Si bien te lo han preguntado en bastantes entrevistas. ¿Qué
me contás de ese debut contra el Porto junto a Messi?. Más allá de Lionel. ¿Qué
otro jugador te sorprendió de esos con los que compartiste un campo o un
entrenamiento?
Pues debuté a los 15minutos de partido en substitución de
Luis García que se lesionó. Recuerdo estar calentando y sentirme muy
nervioso. El segundo balón que toqué, recibí una entrada muy
fea de un jugador del Oporto (Secretario, ex del Real Madrid). Aunque recuerdo
a la perfección levantarme y ver a Rafa Márquez, Luis Enrique, Gabri y Xavi, recriminarle la dura entrada y fue allí donde di por sentado que eso era fútbol
de verdad. Así me daban la bienvenida. Para colmo en el minuto 75
debutaba un argentino de 16 años llamado Lionel Messi, que se convertiría a día
de hoy en el mejor jugador del mundo. Todo esto contra un Oporto, en ese
momento entrenado por un tal Mourinho y con jugadores como Maniche y Deco en el
once inicial. ¿Qué mejor debut se puede pedir? (bueno sí, ganando porque
perdimos 2-0... jeje)
Eso sí, para mí de esa época, el jugador que más me sorprendió
fue Ronaldinho, de hecho cuando me tocaba ir a los entrenamientos con el primer
equipo me quedaba embobado con él. Hacia maravillas, cosas imposibles y
malabares de magia con el balón. Era simplemente espectacular.
- ¿Tuviste alguna indicación especial de Rijkaard o algo que te dejara como enseñanza?
En esa clase de partidos el que daba toda la estrategia era
Eusebio Sacristán o Ten Cate, Rijkaard daba solo una breve charla antes de los
partidos para no agobiarnos mucho y sobre todo a los mas jóvenes nos daba
muchos ánimos y que estuviéramos tranquilos, con total confianza y que demostráramos
todo lo que sabíamos hacer sin miedos.
- Tuviste mucha trayectoria en el ascenso español; a la
distancia viendo a la Primera División, parece todo glamoroso: ¿Cómo es jugar en
un Segunda B? ¿Qué dificultades encuentran los futbolistas?
-Después de dos años sin jugar, por culpa de una grave lesión, y dos operaciones me tocó jugar en 2B, una categoría por muchos considerada
profesional y con gran proyección para los jugadores jóvenes pero la realidad
es totalmente diferente. Campos difíciles de jugar, césped artificial, poco público,
clubes morosos y presidentes relacionados con el mundo de la construcción;
mentirosos y corruptos la mayoría de ellos. Para mí una categoría que es un
pozo, sin ingresos casi por publicidad, con poca cobertura mediática y unos
sueldos imposibles de costear por los clubes que acaban desapareciendo en el
mejor de los casos. Solo puedo hablar bien de dos o tres presidentes y clubes de los
que he estado.
- Según leímos, te fuiste de España por las deudas. ¿Es
erróneo decir que sos una de las víctimas de la crisis global? ¿Tuviste en el
último tiempo conocidos que perdieron sus empleos en España?
-La crisis global es un hecho de sobras conocido ahora en España. Tuve la fortuna de poder emigrar fuera del país a tiempo
gracias a mi entrenador Ramón Tribulietx a quien estaré eternamente agradecido
por la confianza que deposito en mí. Tanto la vida cotidiana como el fútbol están
atravesando una grave crisis económica. Hay mucha gente, conocidos y
familiares perdiendo empleos y llegando muy justo a fin de mes. Dicen
que esto sólo ha hecho que empezar. De hecho antes de irme a Nueva Zelanda, los
últimos tres clubes en los que jugué me adeudaban (y aún me adeudan) parte de
mi sueldo.
- ¿Con qué te encontraste a nivel social en Oceanía,
literalmente la otra punta del mundo? ¿Sabías algo de inglés?
-Desde el primer día, el club me trato de maravilla y me
cuidaron muy bien. No tengo ninguna queja sobre ellos, al contrario sólo puedo
elogiarlos por el trato recibido desde el primer día hasta ahora. Un club donde
aparte de jugar he hecho grandes amistades a nivel personal. La ciudad es
espectacular, dicen que es una de las cinco ciudades del mundo con mayor
calidad de vida. Encima deje España en el frio invierno de noviembre para
llegar a Auckland en pleno verano, la verdad que se dieron todas las condiciones
idóneas para tener una adaptación de lo más relajada y fácil.
Mi inglés no era del todo bueno, estudié en academias de
pequeño pero cuando sales te das cuenta de que casi no entiendes nada. Igual
enseguida me adapté y me puse las pilas con el inglés. Ya me defiendo
bastante bien.
- ¿Qué es lo que más te llamó la atención y en qué momento
comenzaste a sentir que estabas realmente lejos de tu hogar?
-Yo estoy acostumbrado a vivir fuera de casa, de hecho me fui
con 16 años de mi casa y no he parado de dar vueltas gracias al fútbol, pero
nunca tan lejos. Creo que te das cuenta de que realmente estas lejos cuando son
navidades y tienes pocos días de fiesta, pero no los suficientes como para
cruzar el mundo, pasar unos días en casa y volver. Esos momentos en los cuales harías
una escapada de fin de semana a casa que tanto hacen falta y no puedes hacer es
cuando realmente te das cuenta de lo lejos que llegas a estar.
- Sin caer ni en soberbia ni en falsa modestia. ¿Sos el mejor
jugador del fútbol de Oceanía?
-Jaja es muy difícil de contestar esta pregunta, de momento
por premios y reconocimientos, el mejor futbolista de la reciente Liga de Oceanía
es Albert Riera, otro catalán que juega en el Auckland City y recibió el Balón
de Oro. Yo lo que sí puedo acreditar es que soy el máximo goleador de la Liga Oceánica,
pues recibí el Balón de Oro que así lo certifica.
La verdad es que la liga de Oceanía cada vez está cogiendo más
protagonismo y están surgiendo mejores jugadores y equipos con un potencial de mejora
muy elevado. Están haciendo muy buenos trabajos y sacando también buenos
resultados. Es una liga con mucho futuro y que está creciendo muchísimo.
- No sólo españoles (o catalanes), sino que en Auckland hay
futbolistas americanos. ¿Cómo es la convivencia entre ustedes? ¿Suelen juntarse
fuera de los entrenamientos?
-Hay futbolistas de Costa Rica, argentinos, ingleses, croatas
y algún japonés también tuvimos, una gran variedad de culturas y idiomas , pero
la verdad que los jugadores kiwis, que son mayoría, nos aceptaron muy bien y la
adaptación fue muy fácil desde el primer día. No hay distinciones por
nacionalidades, ni grupitos dentro del vestuario (lo único que como somos
tantos de habla española tenemos prohibido hablar entre nosotros que no sea en
ingles dentro del vestuario y en el campo, cosa que entendemos pues sería una
falta de respeto hacia los otros compañeros).
Es un equipo joven y muy unido que llevamos trabajando
juntos los mismos jugadores durante dos años y medio, casi tres, así que nos llevamos
muy bien entre todos. Siempre que podemos, el calendario y los entrenamientos
nos lo permite nos juntamos siempre muchos, alguna vez para tomar unas cervezas
después de entrenar, para cenar o para enseñarles algún plato típico español
que les encantan.
- ¿Ya te acostumbraste a los terceros tiempos?
-Al principio es extraño porque es una costumbre que en España
no se utiliza. Es difícil estar peleando dentro del campo con el rival y después
llegar al "Clubrooms" para el tercer tiempo y hacer como que no ha
pasado nada, pero de todo se aprende y se llama Fair Play. Hay que aprender
mucho de esta cultura del tercer tiempo, debo decir que para mí ha sido una
gran sorpresa ver ese fair play en los equipos, entre los presidentes y
jugadores y entre los árbitros también, tengo que reconocer que es una
experiencia muy positiva.
- En cuanto al fútbol: ¿Era lo que te imaginabas de antemano?
Desde lejos parece que han crecido mucho (de hehco, no perdieron en el Mundial
de Sudáfrica ningún juego)
-La verdad que antes de firmar estuve hablando mucho con Ramón
Tribulietx, el entrenador. Él ya me puso al día de todo en lo que respecta al
fútbol de Nueva Zelanda, más físico y de contacto y con un juego más directo
del que yo a lo mejor estaba acostumbrado, pero como nuestro equipo intenta en
todo momento tener la posesión y cuidar el balón, para mí no fue ningún cambio
ir para Nueva Zelanda puesto que son las características de juego que siempre
he estado acostumbrado a realizar.
Nueva Zelanda está evolucionando el fútbol cada vez más y más,
tanto gracias a la Selección (imbatidos en el Mundial de Sudáfrica), como
gracias también a clubes como el Auckland City o el Waitakere, nuestro rival más
importante en la liga y sus participaciones en el Mundial de Clubes, que le dan
prestigio y reconocimiento al fútbol dentro de un país donde la cultura
principal es la de Rugby como deporte rey. Poco a poco el fÚtbol se va haciendo
un hueco y va cogiendo más protagonismo.
- ¿Qué es lo más insólito que viviste en estos dos años
dentro y fuera del campo?
-Para mí lo más insólito ha sido lo del tercer tiempo, nunca
lo había hecho y al principio me costaba pasar de pelearme con la defensa rival
a estar tranquilamente comiendo juntos como si nada hubiera pasado. Eso en lo
que respecta al fútbol, pero fuera del campo lo más insólito es ver cómo hacen
el Haka maorí en directo, en Auckland. Cuando viajamos a las islas, todos los
bailes típicos que nos hacen de cada país, con sus culturas y bailes
tradicionales. Es una pasada y muy enriquecedor a nivel personal. La Champions
de Oceanía es una gran experiencia en todos los sentidos.
-A mi familia, mis amigos y el embutido de mi tierra.
- Este año tendrán revancha en el Mundial de Clubes ¿Qué
objetivos se plantean?
-Hay que ser realistas y sabemos que somos el único equipo
semi-profesional que participa, por eso los objetivos son realistas, vamos
partido a partido y aunque parezca un topic sólo nos centramos en el primer
partido. Si ganamos luego ya nos centraremos en el segundo y así sucesivamente.
Aunque sabemos que el simple hecho de derrotar al campeón de la J-League para
nosotros ya es un gran reto.
- ¿Qué me podés decir de nuestro compatriota Emiliano Tade?
-Todo lo que puedo decir de él es bueno, es una gran persona
y buen amigo (hace unos asados argentinos sensacionales...jaja). Como
futbolistas es una maravilla, es joven y dotado de gran técnica y sobre todo
con mucho olfato para el gol, que es lo que se busca en un delantero, el año
pasado tuvimos una buena "disputa" por ser el máximo goleador del
equipo. Una gran competencia sana, aunque juguemos en posiciones diferentes.
Aporta mucho al equipo y espero que este año también sea decisivo de cara a gol
como lo fue en la temporada anterior.
- ¿Quién era tu ídolo de chico?
-Marco Van Basten y Jean Pierre Papín.
- ¿Un sueño?
-A nivel personal, seguir siendo feliz y disfrutando de lo
que a uno más le gusta y sobretodo tener salud para mí y mi familia. Creo que el
sueño lo estamos viviendo al poder vivir de lo que más nos gusta en esta vida y
de lo que más amamos. Sobretodo seguir disfrutando de estas experiencias inolvidables
como son ganar una Champions, jugar un Mundial de clubes etc...
- ¿Tu mejor partido?
La vuelta de la final de la Oceanía League en casa, contra
el Amicale de Vanuatu de hace dos años, la ida ganamos 1-2 con un gol de
penalty mío y la vuelta 4-1 con otro gol mío y dos asistencias. Fue la primera
Champions que ganaba y la victoria que más disfrute por verme en mi primer
Mundial de Clubes.
- ¿Un gol que hayas marcado?
El gol de la victoria en Tahití en la vuelta de la final de
la Oceanía League de este año pasado. Ganábamos 2-1 la ida en casa y la vuelta
en Papete (Tahití) nos la jugábamos fuera de casa, en un campo de césped
artificial y con un buen rival, fue un gol de estrategia trenzada, de una falta
hicimos una triangulación y metí el gol, creo que ese fue el más importante
pues nos daba otra vez la clasificación para el segundo Mundial de Clubes
consecutivo.
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