Charlamos con Federico Cornali, autor de Jugar En Otro mundo, un libro que los lectores de Cultura seguramente disfrutaran. Lleno de anécdotas de jugadores argentinos que no juegan en la elite del fútbol y encontraron su lugar en el mundo de la redonda en lugares inhóspitos..
Esta página adora destacar ese fútbol que nadie mira, del
que nadie habla, del que no hay noticias, del que sólo aparece en la parte
chica de los diarios y de casualidad. Ese mundo que parece chiquito, pero que
si uno se pone a mirar o mejor dicho a explorar se confirma que es todo lo
contrario. Es enorme, gigantesco. Fuera de las grandes esferas de la redonda,
existe un universo que vale la pena ser contado y el libro "Jugar En Otro Mundo" se hace cargo de eso. CR charló con su autor, el periodista Federico Cornali, y podemos asegurar que somos varios los que andamos por la senda de lo extraño.
"Todo comenzó cuando me enteré que había dos o tres pibes jugando en Indonesia y dije: 'listo eso es una nota'. Los busqué por Facebook y me empezaron a decir que había más jugadores. Resultó que había 30 jugando allá, entre Primera, Segunda y Tercera División. Me contacté con un par y esos me dijeron 'acá estaba jugando tal, pero ahora se fue a Vietnam'. Llamé al de Vietnam y dijo eran ocho en Primera, porque en segunda hay más. No lo podía creer. Después me di cuenta que había gente que estaba jugando en Birmania, en Bután, en Brunei y había uno que había jugado en Kosovo, una cosa increíble. Le dije a mi jefe y me dijo que iba a ser la central de deportes del diario y la tapa (Federico trabaja para el diario La Nación). Ahí empecé a contar sus historias y así surgió esa nota", fue lo primero que tiró Fede en diálogo con Cultura y ya empezó a marcar el camino de lo que sería la charla.
Ese fue el principio de la historia de su obra, pero más de uno dirá: "¿Sólo hizo una nota?". Tranquilos muchachos, la vida y como dijo Mostaza es "paso a paso". "Esto de la nota fue en febrero del 2011 y en marzo me llamaron de la
editorial (Al Arco). Me dijeron que vieron la nota y si podía hacer algo más
grande. Lo laburé y como la segunda nota sobre el mismo tema no salió, le mandé un mail al editor
de la editorial y me dijo que le dé para adelante. En enero de este año me dijo
que prepare un proyecto. Laburé con los chicos de AXEM, a quienes les debo gran parte del
libro, también con algunos amigos y presentamos algo que estaba copado. En marzo me
llamaron y me dijeron que les encantó la idea, que iba a salir en la segunda parte del año porque la primera estaba saturada por los Juegos Olímpicos. Después me dijeron que iba a salir el PDF y ahora la
idea es que salga impreso. Yo tengo muchas ganas y hasta los familiares de los
jugadores me lo piden", contó.
La conversación avanzó y con cada paso, Fede se soltó y casi sin quererlo o inconscientemente sus respuestas siempre terminaron con una anécdota sobre alguno de los jugadores que entrevistó para su libro o alguna historia que le quedó colgada. "El PDF es un cuarto de lo que va a ser el libro. Todo
dividido en capítulos y estamos viendo de hacer algunas cosas más. Había algo con Kempes, que estuvo en Albania, y por un problema con la gente que lo llevo se
tuvo que ir escondido en un carreta con paja. Yo lo quiero sacar lo más
completo posible. Me quedan muchas historias afuera. Estuve viendo Islas
Malvinas, ahí hay equipos de bares. Hay un montón de cosas. Los chicos de AXEM
me dijeron que quieren hacer algo bien grande, donde no quede nadie afuera y yo
la verdad tengo ganas de hacerlo. En su momento quizás lo hagamos de alguna
manera", comentó.
La lejanía de los entrevistados hizo que la comunicación no fuera con lo que todo periodista sueña, es decir un mano a mano en persona, pero la vida de un verdadero profesional es versátil y por eso Cornali encontró la forma, de cierta manera, trasladarse hasta los sitios donde vivía cada uno de los personajes. "Lo que me resultó muy interesante para entrevistarlos fue Skype, eso me dio la posibilidad de meterme en la casa. Así conocí a los
hijos, a las mujeres, la casa, el barrio donde vivía y ellos me mostraban cómo
vivían por ahí. De esa manera hay menos cosas que te perdes, porque cuando
hablas por mail o messenger no sabes si el otro se está riendo realmente o si
lo que dijo es irónico o no. Además muchos tuvieron vacaciones y se vinieron
para Argentina, entonces me hice algunos viajes a Córdoba, a Rosario, que me
atendieron bárbaro", expresó.
"Cuando los fui a visitar me trataron muy bien. Son muy macanudos, son tipos con los que te dan ganas de seguir compartiendo cosas y trato de evitarlo, porque si tenes que poner algo malo después cómo haces, porque en parte ellos erraron de alguna manera. Hay un pibe que terminó jugando en la quinta de Alemania porque le gustaba joder y salir. Y si te haces amigo, después te pueden decir 'loco me mataste'. Igual ellos no se quejan de nada, los que leyeron el libro me agradecieron, pero terminas teniendo como una simpatía con ellos", describió sobre su relación alguno de los players con los que habló.
A diferencias de las grandes figuras mundiales del fútbol, estos futbolistas que militan en ligas extrañas o de menor renombre suelen tener un trato diferente ante los medios que los quieren abordar y ante esta situación Federico aseguró: "Uno está acostumbrado a tratar con jugadores de Primera, que están todo el tiempo con el cassette puesto y de repente hablas con estos tipos que son tan abiertos. De hecho, el hecho de viajar y conocer diferentes culturas, los hace pensar de otra manera. Hay un jugador que se llama Luciano Theiler, que estuvo jugando en Bangladesh, y el loco agradece haber jugado ahí, porque le encanta conocer culturas. Ahora se tuvo que venir a jugar acá, pero al él no le gusta. No le agrada estar en Argentina, cuando va por los países se queda horas tratando de aprender los idiomas. Por eso son diferentes, lo cierto también es que no reciben tantas notas. Los jugadores de acá son vedettes porque los periodistas los hacemos vedettes. Allá no es lo que el fútbol acá, las historias de ellos son copadas porque no hay mentira. No hay represente a los que haya que defender, entonces no hay hipocresía en el mensaje de ellos".
Para Fede esta forma de vida "no es para cualquiera", porque "hay que bancarse muchas cosas". Y obviamente como en todas las consultas anteriores tiene un ejemplo para explicar sus dichos. "Carlitos Delgado, quien ahora está en Singapur, que jugó en Boca y en River, algo que no es fácil, ya que tenes que ser bueno para jugar en los dos equipos. Encima era titular, pero falló en algo y terminó juntando leña en un torneo en 25 de Mayo. Le pagaban el partido ganado 40 pesos, imagínate si perdes. Además le daban 250 pesos por semana por juntar leña para el presidente del club y él siguió. Quedó varado en Indonesia, porque no tenía papeles y alguien le pagó la multa. Se terminó yendo a Singapur. Ahora está perfecto, dice que le encanta el país y es ídolo, pero es porque la peleó. Después hay que ver cuántos no tiran la toalla", opinó.
"Cuando los fui a visitar me trataron muy bien. Son muy macanudos, son tipos con los que te dan ganas de seguir compartiendo cosas y trato de evitarlo, porque si tenes que poner algo malo después cómo haces, porque en parte ellos erraron de alguna manera. Hay un pibe que terminó jugando en la quinta de Alemania porque le gustaba joder y salir. Y si te haces amigo, después te pueden decir 'loco me mataste'. Igual ellos no se quejan de nada, los que leyeron el libro me agradecieron, pero terminas teniendo como una simpatía con ellos", describió sobre su relación alguno de los players con los que habló.
Luciano Theiler, una de las historias de la obra, en Islas Maldivas |
"A ellos le cambio la mentalidad totalmente y en alguno momento tuve la idea de hacer un viaje y ver todo eso. Porque acá ves lo que Estados Unidos quiere que veamos. Bah en Latinoamérica pasa eso, porque son cadenas. Blangadesh es la país más podre del mundo y Luciano me contaba que un día se olvidó un bolso y cuando volvió seguía ahí. No hay robos. Están teniendo un gran progreso, pero uno siempre no le da relevancia a lo que pasa por allá, porque estamos muy lejos y son culturas diferentes", relató este periodista con respecto a las variaciones que pueden sufrir estos jugadores, pero también tuvo tiempo de hablar sobre la situación económica que atraviesan y afirmó: "Viven de eso, hacen la diferencia. Después vienen acá y ponen algún negocio. Tienen que seguir viviendo y laburando, no es como los futbolistas de acá o de Europa, que vuelven y tienen la vida resuelta. Estos pibes ganan como para después llevar un negocio adelante. Vos ves las fotos de ellos y recorren las playas, los templos y vuelven acá. Si tienen la cabeza abierta, vuelven sabiendo dos o tres idiomas. Además conocen lugares que tipos con mucha guita jamás van a conocer".
Carlos Delgado, personaje de uno de los capítulos del libro, en Singapur |
Obviamente entre tantas charlas a Federico le sobran las anécdotas o los datos curiosos, pero le pedimos que nos cuente las que más lo sorprendieron y esto fue lo que nos respondió:
- "A mi ya el hecho de que el tipo (habla de Luciano Theiler) haya jugado en Islas Maldivas me cautiva un montón, cada cosa que me contaba me iba volviendo loco. Ir a jugar a un lugar, cruzar por un canal, donde sabían que había tiburones y lo hacían caminando. O que cada vez que volvían, porque jugaban una copa tipo la Champions League, me decía que a la pista de aterrizaje de Islas Maldivas no le da. Digamos..(hace una pausa), el avión llega y no alcanza a carretear que parece que se va a pasar y se va siempre al océano. Todo ahí es muy raro. Todos los días juegan al fútbol, porque hay una sola cancha en el torneo oficial, sólo no juegan los sábados por motivos religiosos. Me contaba que al principio no podía salir porque los murciélagos son del tamaño de Batman, un montón de cosas".
- "A Luciano también le habían dicho que una cancha en el Líbano era hostil, imagínate lo que puede ser. Los equipos allá se dividen por religión y van a jugar a una cancha y todo el estadio puteándolos, pero jodido y le tiran 90 minutos piedrazos al banco de suplentes. Los tipos tienen que hacer el calentamiento en el banco de suplentes. Encima el árbitro, un osado, se le ocurrió cobrar un penal en el minuto 91 y ganaron con eso. Estuvieron dos horas para salir del estadio, hay jugar en esas situaciones".
- "A Matías (Reccio) le agarró tifus y malaria, las dos juntas. La novia viajó y le dijeron que iba a perder el habla, el pelo, va a quedar parcialmente sordo y él veía que ella se despedía. Estaba mal, divagaba, pero el flaco a la semana se levantó y estaba perfecto. A la otra semana se puso a jugar. En el primer partido metió tres goles y en el segundo también, increíble. Esas historias son las que hacen que valga la pena escribir un libro".
Las narraciones sobran, pero mejor los dejamos con la intriga sobre las otras historias que nos contó, ya que su obra merecer ser leída y según Federico "el libro es para todos, porque prácticamente no habla de
fútbol. Es para los enfermos y también lo puede leer mi
vieja, porque es algo divertido". Su último comentario antes de apagar el grabador sintetiza lo que este redactor, oriundo de Roque Pérez, piensa sobre "Jugar En Otro Mundo", pero mejor saquen ustedes mismos sus conclusiones una vez que lo hayan finalizado..
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