Nuestro corresponsal en Córdoba se hizo hincha fanático del Torino y nos llegó la información de que hasta grito los goles que lo devolvieron a la fútbol grande del Calcio, pero mejor pasen y lean una forma de vivir una pasión a kilómetros de distancia.
“Ahora sí, estoy como quiero, en un presente a puro
sentimiento”… arranca una canción de Las Pastillas del Abuelo. La escuché y me
acordé de esa gloria que les presenté el día que debutaba en este hermoso
espacio que es Cultura Redonda. En ese entonces conocí y les di a conocer la
historia del Torino FC, el Gran Torino. Con todas las batallas y las hazañas
encima, al Toro le quedaba una más en la galera.
Ayer domingo me desperté como nunca, a las siete de la mañana,
puse la pava para el mate, criollos de por medio y me senté a ver lo que se
preparaba para ser una gran fiesta. La curva maratona hacía estallar el
Olímpico de Turín y el capitano Rolando Bianchi, quien no podía estar, lo vivía
como un hincha más. En mi PC aparecían hinchas del Toro repartidos por todo el
mundo y te dabas cuenta de la grandeza de este club que las pasó a todas, pero
como sigue la canción “... queda una vuelta de tuerca más...”
Empezó el partido y el Torino arrancó como lo que es, como un
toro, a arrollar al Modena. A los
muchachos se los notaba nerviosos pero decididos, pelota al piso y a buscar a
los que saben. En menos de 15 minutos tuvimos cinco chances claras, las piernas
pesaban un poco más y no lo podíamos definir. Hasta que llegó, a los 24
minutos, desborde por derecha y Oduamadi, ese morocho livianito que juega por
izquierda, fue más pesado que nunca, remató, volvió a rematar y en la tercera
hizo explotar a todo aquel que vistiera la camiseta granata en Turín, que son
la mayoría. Gol del Torino y sólo minutos para la hazaña, para que a los
vecinos bianconeros se les note la cara de preocupación.
Oduamadi, el moreno del medio, el héroe del Torino |
Olvidándose de sus orígenes italianos Il Toro siguió
buscando, pero con más tranquilidad. Los visitantes estaban dando una lección
de catenaccio y, en esta se los entiende, los de enfrente no eran un equipo
cualquiera. Un par de salvadas, propias de nuestra propia ansiedad y se terminó
el primer tiempo.
En mi twitter, poco a poco, se iban sumando mis amigos de
#LaMesa. Lo dije una y otra vez, si no los conocen se pierden realmente mucho. Hasta
ahí yo había oficiado de relator oficial del encuentro, porque #LaMesa es del
Toro y lo siguió partido a partido, no podía perderse el último.
Media Turín se vistió de fiesta |
El segundo tiempo estaba aburrido, trabado, el Toro quería,
pero no tenía la misma ímpetu. Faltaban minutos y no se podía ir a lo loco.
Ventura, nuestro DT, mandó a llamar a un volante central, De Feudis, y sacó un
delantero. No tenía con quien mirarme, pero mi cara seguro no fue muy optimista
con la decisión. Pero el fútbol es fútbol, y el ingresado a los 83 la colocó al
lado de un palo y, les juro, lo grité como loco. La mitad de Córdoba se habrá
preguntado por ese tarado que los despertó con un GOL en una mañana de domingo.
Si lo escuchaste, fui yo y, si no entendés el motivo, te lo estoy contando.
El Toro volvió a la Serie A y la alegría es inmensa. Porque
este Toro de hazañas sabe mucho, no hay avión que lo haga caer ni accidente
que pueda destruir su inmensa historia. Es por eso que cierro con otra frase de
la mencionada canción “y desafiar a Lucifer de visitante aunque tenga las de
perder”
Abrazo granata.
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