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Amore italiano..



Luchado, trabado y sin espacios, así fue como se jugó un nuevo clásico de Italia, entre Milan e Inter, que con un gol de Diego Milito se llevó la victoria y volvió a soñar con pelear el campeonato, aunque no sólo hubo festejos por los tres puntos obtenidos, porque con esta victoria bajaron a su rival histórico del liderazgo del Calcio..


Desde el pitido inicial del árbitro Daniele Orsato, el encuentro se disputó a “dientes apretados” como todo clásico italiano. Ambos equipos no dejaban espacios y cada pelota era peleada a “muerte”, lo cual hizo que en los primeros minutos se disminuyeran las jugadas de peligro y aumentaran la cantidad de faltas en la mitad de la cancha.

A pesar de esta situación, los equipos no dejaron de generar situaciones de peligro, que en su mayoría se daban por disparos de media distancia, centros o jugadas aisladas. Las combinaciones o triangulaciones eran escasas y pocas veces se pudo observar un buen juego,  aunque se mantuvo el dramatismo durante todo el desarrollo del choque.

Ricardo Álvarez, ex jugador de Vélez y actualmente en el conjunto de Claudio Ranieri, tuvo en sus pies la apertura del marcador, pero una buena atajada de Christian Abbiati ahogó su grito de gol. Minutos más tarde, el travesaño le impidió a Mark van Bommel festejar para los “Rossoneros”, algo que dejó en claro que no había un dominador absoluto.

La segunda parte comenzó de la misma manera, pero Inter fue por más y luego de una “pifia” de la defensa de los conducidos por Massimiliano Allegri, Diego Milito picó al vacio, definió cruzado y puso en ventaja a su equipo.


Luego de la apertura del tanteador, los entrenadores comenzaron a mover piezas y, por lo visto,  el DT de “Neroazurro” prefirió mantener la ventaja antes que ampliarla, porque como primera instancia sacó a “Ricky” Álvarez y al propio Milito y en su lugar entraron un defensor, Cristian Chivu, y un volante creativo, Wesley Sneijder, respectivamente. Sobre el final puso a Diego Forlan en lugar de Giampaolo Pazzini, pero el uruguayo a penas intervino en el juego.

Por su parte, el técnico del último campeón de Italia tomó la posición muy diferente, seguramente por la presión de buscar el empate, y colocó jugadores de ataque: Robinho, Clarence Seedorf y Stephan El Shaarawy por Gianluca Zambrotta, Antonio Nocerino y Alexandre Pato.

Finalmente, las jugadas de ajedrez no tuvieron resultado, ya que las modificaciones no surgieron efecto y el desarrollo del clásico continúo de la misma manera. El Inter se llevó la victoria, bajó a su rival histórico de la punta del torneo y se acercó a los puestos de Champions League..


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