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Con ustedes, Tony Kroos

La precisión y exactitud con pelota, y también el juego sin ella, del mediocentro del Bayern, fue la clave para vencer 2-0 en el Emirates al Arsenal. Una vez más, la mano de Pep en medio del partido fue vital para ganar el encuentro.




La primera imagen del juego la entrega la agresividad del Arsenal en los primeros instantes. Presión muy alta, posesión, dinamismo y facilidad de llegar al área. Son 10 minutos con mucha profundidad Gunner, llegando al arco contrario y teniendo más de una ocasión. En medio de eso, Ozil recorta en el área haciéndose presente con su calidad y, dos minutos más tarde, patea sin convicción el penal que le hizo Boateng. Neuer lo espera y no tiene mucho que hacer para detenerlo. Mesut se intimidó con su presencia, y demostró su ambivalencia; puede ir de la gloria al ocaso en su forma de juego en pocos segundos.

El remate que tapó el arquero bávaro fue fundamental. Porque significaría un punto de inflexión. Ese período del local ni siquiera duraría un cuarto de hora y el Bayern comenzaría a tomar las riendas del juego con su habitual estilo. Mucha posesión, pero sin poder marcar las diferencias arriba. El Arsenal desplegó un repliegue muy intensivo cuando su rival tuvo la pelota, los cuidados fueron extremos, pero aún así no abandonaría ese método. También incide que no pudo jugar Olivier Giroud, se extrañaron sus desmarques, y Sanogo no tuvo casi oportunidades en el área rival (solo una que tapó el portero). Oxlade Chamberlain hizo un buen trabajo colocado bien sobre la banda, y Alaba, las pocas veces que pudo pasar, lo hizo sin la convicción habitual.

Los muniqueses se harían muy repetitivos por banda. Y allí juega el cambio que para comenzar este encuentro determinó Guardiola. Lahm comenzó como lateral, y si bien sus proyecciones nunca han dejado de ser peligrosas y sus centros siempre son precisos, hubo un solo eje en la mitad de la cancha, y no tiene mucha compañía. Ese es Tony Kroos, que cerca del final del primer tiempo envía una pelota con exactitud al pecho de Robben. El holandés rompe a la espalda de la defensa rival, y la característica jugada del Bayern ya tomó color frente a Szczesny, quién no tiene remedio y baja en el área chica al neerlandés. Penal, roja al arquero polaco, aunque Alaba lo tira muy esquinado y lo manda afuera.

Fueron 45 minutos extraños, sobre todo por los dos penales fallados, uno por lado, pero también por la inconsistencia del Bayern para lograr un dominio constante. Ya con uno más en el campo de juego, Pep decide el cambio clave que terminará por decantar el partido a favor de los alemanes. Rafinha vuelve a su lugar de lateral ingresado desde el banco. Entra por Boateng, amonestado, y Javi Mártinez baja a la zaga. Lahm, luego de empezar por el costado, retorna al lugar de mediocentro, ese puesto en el que el DT lo ubicó desde que asumió, y en el que respondió con creces.

Desde el comienzo del complemento, sin más, Bayern ejerce un control total del partido. Avasallador. Mueven la pelota de aquí para allá, totalmente parados en campo contrario. Los dirigidos por Wenger se plantan con sus diez hombres en menos de 30 metros cerca de su propia meta, y así los índices de posesión se disparan a favor de los visitantes. Robben, que había arrancado como falso extremo (por momentos en el primer tiempo recibió por el medio), con la inclusión del capitán en el centro, se ubica bien sobre la banda. Recibe y comienza con su slalom. Una y otra vez, excesivamente individualista, pero es cierto, muy cerca el gol también.

El equipo de Guardiola juega en el ingreso al área adversaria. Los endebles despejes que en alguna ocasión pueden realizar los jugadores Gunners son tomados nuevamente por Lahm, y por Tony Kroos, que se potencia con Philip a su lado y se hará la figura rotunda del partido. Es que el volante no falló un solo pase, tampoco un cambio de frente, todo lo hizo con una precisión admirable. Su partido fue sensacional. Y por si fuera poco, al no poder ingresar al área, Lahm le deja la pelota y Tony saca un remate al ángulo. Un golazo que confirma su gran partido, por si hacía falta, y fue lo que necesitaba el Bayern para que su dominio fuera incluso más devastador.

Así se daría la segunda parte. La tenencia de la pelota fue toda de los de Munich, que si no marcaban el segundo era por las inexplicables no combinaciones de Robben y por no apretar el acelerador. Para ir definiendo la serie, Guardiola hace otro cambio más. Muller por Mandzukic. Ahora hay doble falso 9 en el campo, Gotze y el propio Thomas, para entrar y salir, nunca ser referencia para los centrales y crear espacios.

Se iba consumiendo el partido, y el Arsenal salía vivo, en lo que fue un segundo tiempo muy bajo, sin pasar la mitad de cancha y, por ende, sin crear ni una situación de gol. Pero Lahm se iluminó otra vez y lanzó otra asistencia, esta vez para la llegada por el centro de Muller, que cabeceó a la red y casi que sentenció la eliminatoria. Es cierto que, en la misma instancia en la Champions pasada, los londinenses vencieron en el Allianz Arena, pero habían hecho un mejor partido de ida, y enfrente no estaba Guardiola. Mientras tanto, el partido terminó con el control total muniqués, y Kroos seguía con su puntualidad de reloj suizo y una precisión absoluta.

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