Southampton y West Ham United
igualaron 1 a
1; un punto que no le sirve a ninguno de los dos. El uruguayo Gastón Ramírez anotó para el dueño
de casa y para la visita, empató Andy Carroll.
“When the saints go marching in”
sonaba antes de que el local Southampton saliera al campo; ya lejos del descenso (y sin
posibilidades de pelear por algo más) se buscaba ganar, por lógica. Su rival
tenía sus mismas intenciones: también en mitad de tabla - tras haber igualado con Liverpool- necesitaba de tres puntos para aumentar moralmente a un equipo
que esta vez no sufre problemas por el descenso.
El partido comenzó pasado por agua.
La lluvia acompañó durante los 90 minutos pero no complicó las acciones dentro
del campo de juego. El primer tiempo fue tácticamente igual: cuatro defensas,
cuatro en el medio y dos delanteros. La dinámica fue pobre, se jugó en la mitad
de cancha y las posibilidades, escasas.
Lallana y Rickie Lambert
hostigaban, apoyados por Gastón Ramírez, el arco de Jussi Jääskeläinen aunque
las más claras del Soton fueron dos de Rickie, - el siete bravo del equipo – y una de
ellas terminó con una salvada en la línea del guardavallas. Del otro lado Andy
Carroll, ex Liverpool era el que más apretaba a Boruc, portero del local, con
la compañía de Jarvis y Diamé. Pero las intenciones eran pocas al principio y casi no se llegaba al arco.
En el final se atacó más y otra vez Lambert tuvo la
suya. Southampton trató de manejar de la mano de Gastón, pero los errores en el
fondo –flojo partido de Maya Yoshida- condicionaban a los Santos, que
terminaron pateando siete veces al arco y mereciendo más que su rival que solo
ejecutó dos veces.
En el segundo tiempo, el comienzo
fue aún peor que el primero, la pelota iba más para atrás que para adelante y
no se tenía control del balón, porque Lallana desapareció. Hasta que la garra charrúa salió a la luz. En
una guapeada Gastón Ramírez rompió con la defensa, se llevó la pelota de
corajudo ante los centrales y definió ante Jääskeläinen que no pudo terminar
con su valla en cero.
Automáticamente salió la respuesta
del visitante que empezó a hostigar a Boruc, con un equipo que ante la ventaja,
retrocedió y dejó venir al rival con pelota dominada. Los errores en el fondo
seguían y en una falta al borde del área, el delantero eficaz que supo pasar
por la selección inglesa, supo aprovechar una barrera mal armada y así igualó
el encuentro. Andy Carroll tiró, un leve desvío y un defensor que no cerró las
piernas colaboraron para el empate del cotejo.
El partido brindó una última en los
pies de Jay Rodriguez, que otra vez hizo
a Jussi Jääskeläinen sacar su chapa de arquerazo. Los de Pochettino quisieron
más; buscaron en el primer tiempo y en la segunda etapa pecaron en tirarse
atrás y dejar la pelota en dominio del rival, que sólo se valió de Carroll para
atacar. El Southampton mereció más, pero el fútbol y el merecimiento, rara vez
van de la mano.
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