Mucho se habló y mucho se hablará en los próximos días del gran triunfo del Barcelona sobre el Milan por 4-0. Sin lugar a dudas hubo un nivel de intensidad y agresividad futbolísitcas diferentes en los blaugranas, pero vamos a reparar acá sobre una cuestión táctica.
Desde el primer semestre del 2009, más precisamente desde el triunfo del equipo dirigido por Pep Guardiola ante el Real Madrid en el Santiago Bernabéu por 6-2, comenzó a gestarse la idea del "falso nueve". En esa ocasión -hecho que se repetiría por ejemplo en la final de la Champions League ante el Manchester United en Roma- Messi comenzó a actuar en el centro del ataque y Samuel Eto'o pasó a actuar por la banda derecha.
De lo que comenzó siendo un recurso, una variante táctica, poco a poco pasó a ser dogma. Pep incluso dijo en más de una ocasión "todos tienen derecho de llegar al área pero nadie a quedarse en ella". Se fue Eto'o, pasó sin pena ni gloria Zlatan Ibrahimovic y Villa debió adaptarse a arrancar desde el extremo izquierdo. El centro era de Messi, y nadie lo discutía.
No sólo por los números goleadores del rosarino, no sólo por los resultados del Barcelona, sino también porque esa decisión había pasado a ser una de las bases referenciales del estilo culé. Pasaban los partidos y uno de los puntos que no se batallar en el conjunto blaugrana era la idea del "falso nueve".
En el último año de Guardiola, quizás el más rico en cuanto a variantes tácticas debido a numerosos problemas que sufrió el Barcelona en la temporada pasada, incluso comenzó a verse más la variante de la defensa de tres jugadores. La llegada de Cesc también aportó para que el sistema del "falso nueve" se asentara aún más.
Esta temporada, el andar del Barcelona fue infernal en el segundo semestre del 2012. Ahora bien, tácticamente fue mucho más rígida que en el período de Pep. Gabriel Milito destacaba hace unos días la capacidad del Santpedor para encontrar soluciones tácticas a lo largo de un mismo partido.
Sin poder dejar de lado la enfermedad que sufre Tito Vilanova y que socavó las bases del cuerpo técnico, esta 2012/2013 el equipo presentó pocos matices. Las victorias llevaron tranquilidad, pero los problemas que presentaron el Celtic, el Spartak, el Madrid y el Milan no encontraron las respuestas indicadas. Por el contrario, la fórmula elegida era la misma, sin siquiera cambio de nombres.
Lo que eran preceptos habían pasado a ser dogmas. El mejor equipo de la historia comenzaba a perder una de sus mejores virtudes, el cambiar para que nada cambie. Dieron en el clavo desde el cuerpo técnico el último martes. Muchas variantes con solo un par de nombres diferentes.
Alves suelto con todo el carril derecho, Alba cerrado casi como central izquierdo, Iniesta nuevamente como interior con Pedro lanzado como extremo izquierdo. Messi suelto, ágil, libre, leve por todo el frente de ataque. Pero si eso fue posible, si el rosarino pudo recibir libre sin el peso de los centrales del Milan ni sus tres volantes de marca fue porque Villa fijó a Mexes y Zapata.
Quizás no se aun upgrade del sistema, sino una vuelta a una vieja fórmula, desempolvada en el manual del guardiolismo del 2008-2009, con algo de la 2010-2011. Lo interesante sería ver si esta opción pasa a ser eso: una opción, una alternativa. El Barcelona jugó a lo mismo pero de una manera muy diferente. Incluso, con los mismos jugadores varió en el complemento, volviendo a la línea de cuatro defensores y con Villa sacrificándose por derecha.
Si desde el cuerpo técnico catalán consiguen mechar esta variante, el Barcelona ganará en imprevisibilidad. Será más peligroso. Y así, sus opciones ante rivales que parecían repetir un mismo libreto habrán crecido.
De lo que comenzó siendo un recurso, una variante táctica, poco a poco pasó a ser dogma. Pep incluso dijo en más de una ocasión "todos tienen derecho de llegar al área pero nadie a quedarse en ella". Se fue Eto'o, pasó sin pena ni gloria Zlatan Ibrahimovic y Villa debió adaptarse a arrancar desde el extremo izquierdo. El centro era de Messi, y nadie lo discutía.
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| El sueco no brilló junto a Messi |
No sólo por los números goleadores del rosarino, no sólo por los resultados del Barcelona, sino también porque esa decisión había pasado a ser una de las bases referenciales del estilo culé. Pasaban los partidos y uno de los puntos que no se batallar en el conjunto blaugrana era la idea del "falso nueve".
En el último año de Guardiola, quizás el más rico en cuanto a variantes tácticas debido a numerosos problemas que sufrió el Barcelona en la temporada pasada, incluso comenzó a verse más la variante de la defensa de tres jugadores. La llegada de Cesc también aportó para que el sistema del "falso nueve" se asentara aún más.
Esta temporada, el andar del Barcelona fue infernal en el segundo semestre del 2012. Ahora bien, tácticamente fue mucho más rígida que en el período de Pep. Gabriel Milito destacaba hace unos días la capacidad del Santpedor para encontrar soluciones tácticas a lo largo de un mismo partido.
Sin poder dejar de lado la enfermedad que sufre Tito Vilanova y que socavó las bases del cuerpo técnico, esta 2012/2013 el equipo presentó pocos matices. Las victorias llevaron tranquilidad, pero los problemas que presentaron el Celtic, el Spartak, el Madrid y el Milan no encontraron las respuestas indicadas. Por el contrario, la fórmula elegida era la misma, sin siquiera cambio de nombres.
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| El Madrid lo superó bien en el Camp Nou |
Lo que eran preceptos habían pasado a ser dogmas. El mejor equipo de la historia comenzaba a perder una de sus mejores virtudes, el cambiar para que nada cambie. Dieron en el clavo desde el cuerpo técnico el último martes. Muchas variantes con solo un par de nombres diferentes.
Alves suelto con todo el carril derecho, Alba cerrado casi como central izquierdo, Iniesta nuevamente como interior con Pedro lanzado como extremo izquierdo. Messi suelto, ágil, libre, leve por todo el frente de ataque. Pero si eso fue posible, si el rosarino pudo recibir libre sin el peso de los centrales del Milan ni sus tres volantes de marca fue porque Villa fijó a Mexes y Zapata.
Quizás no se aun upgrade del sistema, sino una vuelta a una vieja fórmula, desempolvada en el manual del guardiolismo del 2008-2009, con algo de la 2010-2011. Lo interesante sería ver si esta opción pasa a ser eso: una opción, una alternativa. El Barcelona jugó a lo mismo pero de una manera muy diferente. Incluso, con los mismos jugadores varió en el complemento, volviendo a la línea de cuatro defensores y con Villa sacrificándose por derecha.
Si desde el cuerpo técnico catalán consiguen mechar esta variante, el Barcelona ganará en imprevisibilidad. Será más peligroso. Y así, sus opciones ante rivales que parecían repetir un mismo libreto habrán crecido.
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