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El fin de ciclo son los padres


El, para muchos, acabado Barcelona bailó y goleó al Milan y logró la tan buscada remontada luego de la caída en San Siro. Messi fue figura con los dos primeros tantos. Luego Villa y Alba sentenciaron la serie. Partido para el recuerdo del equipo blaugrana que dio una exhibición.



Que estaban liquidados. Que era una crisis. Que este equipo estaba muerto. Que más de uno  debía empezar a pensar en el retiro, que le habían encontrado la fórmula, que sufría la presencia de Jordi Roura en el banco. 

En estos últimos 20 días se escuchó de todo; opiniones calificadas y otras no tanto. Algunos que analizan el juego y los partidos  y otros que apenas se sientan a ver un Barcelona-Real Madrid. Era innegable una caída en el nivel del equipo catalán, ahora, hablar de "final de ciclo" era sencillamente una estupidez.

Por suerte, desde este espacio jamás caímos en eso. ¿Cómo podía estar en el epílogo un equipo que lleva más de 10 puntos de ventaja en su torneo local? Los profetas del odio agoreros de turno diagnosticaron que este Barcelona no volvía de la caída ante el Inter de Mourinho, que luego de  la final perdida ante el Real Madrid en la Copa del Rey no podría vencerlo en Champions, que la salida de Guardiola iba a ser demasiado, que luego de las llamativas tres caídas (Milan y Real Madrid por dos) ya no se podía confiar en este conjunto.


Piqué vaticinó 4 goles del Barcelona

Bueno, bastaron 15 minutos de la primera parte para dejar más que claro que este Barça está más vivo que nunca. Claro, a la remontada la ayudó un guiño de la suerte. Porque haber podido encontrar la ventaja a los 4 minutos es lo ideal ante un panorama así. Un gol más ya enviaba el juego al alargue.

Pero no fue un gol más, fue una obra de arte de Messi. Gol gaudiano de Messi, inventando un disparo sin espacio tan hermoso como complicado, tan pensado y colocado como brutal. 

Fue interesante la variante que realizó el cuerpo técnico comandado hoy por Jordi Roura con la supervisión a la distancia de Tito Vilanova. Villa como "9" puro para fijar a los centrales del Milan; lo que realizara Llorente para España frente a Portugal en el Mundial 2010. Pedro a la banda izquierda lo que llevó a Iniesta a la posición de interior y que permitió que Alba pasara menos al ataque dándole más equilibrio al equipo.

A la vez, Mascherano estaba por Puyol, lógico pensando en las contras del Milan y Messi totalmente suelto en ataque, con cierta tendencia a arrancar por la derecha. Precisamente ese carril fue para un Alves colosal, como el de las mejores épocas. Veníamos marcando partido a partido la mejoría del bahiano y hoy volvió a confirmarlo.

Abbiati evitó en dos ocasiones el segundo; primero ante Iniesta y luego ante Villa. Mucho y muy fresco el Barcelona para un Milan que no pudo cerrar líneas como en San Siro. El impecable estado del césped en Camp Nou (que permite otra velocidad de circulación en los pases) agilizó las maniobras que debían tener dos o tres controles en Milan. 


Ya le metió 5 goles al Milan

No sólo Messi -la figura por escándalo- salió a dar la cara. Además del citado Alves, Xavi fue quien tuvo la batuta. Busquets se reveló una vez más  como un prodigio táctico, bastantes segundos adelantado a los otros 21 jugadores para captar rebotes. Pareciera que él ya vio el partido y el resto juega una repetición. Iniesta también tuvo su aporte para darle continuidad  al juego culé.

La ausencia de Pazzini en el Milan le quitó contundencia en ataque a los Rossoneri, pero le dio más sacrificio con Niang, quien fue el más adelantado en la visita. Quizás muchos se queden con el clamoroso error en la definición del joven francés ante Valdés para fustigarlo. El partido de El Shaarawy y el de Boateng fue muy discreto también. 

Es que el Milan en la primera hora de juego casi no tuvo la pelota. No sólo no la quiso como premisa  original, luego cuando la tenía no sabía cómo herir al Barcelona, muy aplicado en la marca  en ataque. El segundo gol de Messi (otro gran tanto) llegó tras una recuperación de Iniesta.

Se cerraba la primera parte con el resultado que llevaba todo a un alargue. Como era previsible, los locales salieron ampliar. Esa ambición se vio en la recuperación alta de Mascherano, le quedó a Xavi quien dejó a Villa de cara al gol. El Guaje, que no había estado nada fino hasta allí, la colgó del ángulo con un zurdazo bárbaro.


Villa y su festejo

Se apagó un poco el Barcelona. El Milan tuvo algunos avances que infundieron cierto temor en los catalanes: un gol los dejaba afuera. Puyol y Adriano entraban con la premisa de darle mayor firmeza defensiva al equipo, pero fue Jordi Alba quien cerró sensacionalmente cuando Robinho sólo tenía  que empujarla. Era la eliminación del Barça.

Tuvo otra redención Alba, quien venía de algunas actuaciones flojas. Fue en el tiempo de descuento, cuando una pésima ejecución de un tiro libre en ataque terminó con Alexis Sánchez cruzando la pelota para la entrada del ex Valencia que definió ante Abbiati. 


Fue 4-0, como aquella final que le ganara el Milan al Barcelona de Cruyff cuando buscaba el bicampeonato europeo. Seguramente muchos que ayer pronosticaban tormenta hoy hablen de un paraíso. Tiene muchas cosas aún por pulir este equipo, como por  ejemplo esa media hora final en la cual no pudo defenderse desde la posesión. Sin embargo, es inevitable no ubicarlo como gran candidato para quedarse con la Champions. Por ahora, el fin de ciclo está muy lejos.   


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