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Ni con el tiro del final


El Norwich City y el Southampton igualaron sin goles en un partido que, si bien tuvo varios ida y vuelta, sufrió un giro dramático cuando en el último minuto de juego el local tuvo un penal a su favor que bien pudo haberle dado a victoria. Pero Artur Boruc se agigantó y dejó las cosas empardadas.





Bajo una nevada, que también se mezcló con algunas lloviznas, el Norwich City –que venía de ser goleado por el Manchester United- fue local ante el Southampton del argentino Mauricio Pochettino. Si bien cinco puntos los separaban, fue el equipo visitante quien llegó más apretado y con la necesidad de quedarse con los tres puntos para escapar de una zona de descenso que por ahora lo tiene afuera.

Y así comenzó el encuentro. El conjunto de Pochettino se salió a comer crudo al local. Sus ataques en bloque y su buena defensa le hicieron ser el gran protagonista de los primeros cuarenta y cinco minutos.

Las llegadas más claras fueron para el Southampton que se veía obligado a llevarse los tres puntos a casa. Bajo la conducción de Gastón Ramírez, la visita se adueñó del partido y el Norwich no pudo hacer más que esperar y salir en alguna contra que fuera letal. Si bien en algunos contraataques casi terminan por abrir el marcador, no quedaron más que en eso.

El goleador erró el penal que podía haber sido el 1-0

En la primera parte, para el Norwich, fue Robert Snodgrass quien tuvo con un tiro libre bien rechazado por Boruc la posibilidad más firme en hacer el primer gol de la jornada. Pero antes había sido Ramírez, quien podría haberle dado la ventaja al Southampton con una vaselina que Mark Bunn pudo controlar cuando la caprichosa estaba a punto de pasarlo y con clara dirección al arco.

Y la cosa se fue apagando y el primer tiempo llegó a su fin con un claro dominio del visitante que fue más punzante, que lo buscó más y que tuvo la mayor cantidad de posibilidades.

Al comienzo de los últimos cuarenta y cinco minutos el Norwich salió más decidido y tuvo varias chanches de romper con el cero. Pero rápidamente los de Pochettino se acomodaron y volvieron a tomar los hilos del partido. Luego, el apresuramiento en posesión que tenían ambos equipos, llevó a que el partido caiga en un bache de flojo nivel.

El Southampton seguía siendo el claro merecedor de poder marcar el gol y llevarse la victoria. Alguna que otra jugada del Norwich, alguna más peligrosa que otra, le movió la estantería a la visita.

Pero el gran sismo se vivió en el último minuto de juego. Cuando todo era un empate sin goles clavado, Mark Clattenburg cobró un penal –luego de que lo convalidar con el juez de línea- para el Norwich que le daba una chance inmejorable de poder ganar de local en un partido que no era el claro merecedor.

Le ahogó el grito de gol a Holt en el penal, y fue la figura del partido.

Grant Holt, el nueve que tiene el Norwich, tomó la pelota y la acomodó en el punto penal. Con los tres puntos en sus pies, el delantero se apresuró, pateó un tiro muy anunciado hacia la derecha, y Boruc se agrandó en su figura y rechazó el tiro hacia uno de los laterales.

El Southampton mereció ganar pero el empate sin goles, luego de haber tenido un penal en su contra, no le sienta tan mal. El Norwich, en cambio, terminó con el sabor amargo de haber podido ganar un partido que no merecía pero por cosas del destino no pudo.



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