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A la caza por la Champions

Villarreal es una de las sensaciones de la liga de España, aunque por encima tiene tres grandes potencias. Buenas actuaciones le permiten soñar no solo a nivel local, sino también en el ámbito internacional. 



Agazapado y en silencio, el animal menos pensado busca hacerse con su presa. Este animal no sabe que en realidad no hay una sola presa, sino tres. Tampoco sabe que si decide atacar, lo más probable es que acabe perdiendo. Por eso este animal, inteligentemente, los persigue sin dejar rastros. A este animal hay que ponerle nombre propio: Villarreal. 

Sin embargo, las tres presas también tienen lo suyo: Barcelona es una, la más relajada, rápida e inalcanzable. La otra, Atlético Madrid, destacada por su coraje y valentía, que le hace frente a todos y lucha cuerpo a cuerpo para defender su territorio, y vaya que lo hace bien. Por último, está el Real Madrid, presa lastimada, herida, pero con voluntad de recuperarse para estar a la altura del resto.

Mientras tanto, Villarreal no les pierde pisada. Es difícil seguirles el ritmo pero, ante el primer tropezón, estará allí para morder. Mientras, se conforma con quedar ubicada detrás de ellos, expectante. Además se da el lujo de tener en su poder una conquista grande, que le proveerá alimento por un buen rato: ha eliminado nada menos que al sorprendente Napoli en dieciseisavos de final de Europa League.

Lo cierto es que este Villarreal, ya adentrándonos en un clima más futbolero y menos literario, está demostrando ser la cuarta potencia futbolística española, consiguiendo despegarse de su más cercano perseguidor, el Sevilla de Unay Emery, y poniéndose a tiro del cuestionado Real Madrid de Zidane. El cuarto puesto, si bien aún no está asegurado, le permitiría a los dirigidos por el eterno Marcelino García Toral jugar el repechaje para ingresar a la Champions League. No es un dato menor, pues hace años que las tres plazas aseguradas las ocupan los mismos equipos, y para el resto sólo quedan las esperanzas de este preciado lugar. El Submarino Amarillo con buen juego, buenos intérpretes y mejores resultados (lo detallaremos a continuación), espera con garras bien afiladas la oportunidad de volver a jugar el certamen continental más importante.

Contrataciones acertadas fueron clave para el buen presente. Se destacan los sorprendentes rendimientos de Roberto Soldado, delantero de 30 años que llegó del Tottenham; Cedric Bakambú (congoleño/francés), goleador del equipo; y por último Denis Suárez, mediocampista que en 2014 recayó en Barcelona pero no disputó partidos y que luego triunfó en Sevilla, ahora corrobora su calidad en el equipo español.

Los hilos los mueve el inoxidable Marcelino, quien hace poco se convirtió en el segundo entrenador con más partidos en Villarreal, sólo superado por el chileno Manuel Pellegrini. Su esquema preferido es el 4-4-2, apostando al juego por las bandas y la movilidad de los dos delanteros, que se suelen repartir, entre los ya mencionados Soldado y Bakambú, además al brasilero Leo Baptistao y Adrián López. Generalmente, Bruno Soriano y Manu Trigueros comparten el centro del campo, acompañados de los dos externos que también varían en cuanto a nombres: Denis Suárez, Matías Nahuel, Samu Castillejo y el actualmente lesionado Jonathan Dos Santos. 

En el fondo, el DT suele optar por cambiar partido a partido. El argentino Mateo Musacchio y Víctor Ruiz son sin dudas los centrales de élite del Submarino, sin embargo cuenta también con jugadores de alto nivel como los casos de Mario Gaspar y el marfileño Eric Bailly, además del veterano Daniele Bonera. Por último, el arco está ocupado por el joven ex PSG Alphonse Aréola, quien gracias a sus buenas actuaciones relegó a Sergio Asenjo. En el plantel también está el argentino Mariano Barbosa, el cual tuvo apariciones en Copa del Rey y Europa League. Este es el segundo ciclo en el Villarreal (había estado en la temporada 2005-06).

Si el conjunto amarillo pretende continuar con esta racha ganadora y lograr el desquite por Champions, deberá mantener su fortaleza en el Madrigal. Hacer todo para ganar en casa y después hacer un buen papel afuera, ese parece ser el pretexto de Marcelino y sus dirigidos. Como si fuera una máxima, el partido finaliza y Villarreal debe llevarse algo. Así es como se mantiene, agazapado, sin hacer demasiado barullo, sin llamar la atención, pero preparado para atacar.

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