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Bayern y nada más

El Bayern Munich derrotó al Raja Casablanca y se quedó con el Mundial de Clubes. Pep repitió el título que obtuvo con el Barcelona y se metió otra vez en la historia. El conjunto alemán confirma, una vez más, que es uno de los mejores equipos del planeta.

Lejos de el glamour de la final frente a Boca en el 2001, Bayern Munich venció al Raja Casablanca y se coronó por tercera vez en su historia como monarca del fútbol mundial. Los marroquíes llegaron al certamen por ser locales, y fueron los únicos participantes que no se ganaron la competencia continental correspondiente. Sin embargo, con tres victorias y ocho goles, alcanzaron la final tras vencer al Auckland, Monterrey y Atlético Mineiro. Pero los dirigidos por Guardiola son de otro nivel, y por jerarquía, ganarles era un utopía. 

El partido arrancó como se esperaba. Después del susto que significo la incómoda victoria frente al Guangzhou Evergrande, los alemanes salieron desde el minuto cero a buscar el partido para no pasar sobresaltos. Fue cuestión de 6 minutos para que el Bayern refleje su superioridad en el marcador. Una pelota aérea cayó después de un rebote en los pies de un desentendido Dante que la empujó adentro del arco y abrió la cuenta. 

Los escasos minutos que se habían jugado eran insuficientes para justificar la diferencia, pero los de Guardiola se encargaron de dejar las cosas claras rápidamente. Los primeros 45 minutos fueron un intenso monólogo del Bayern que atacó con superioridad numérica y utilizo la banda izquierda, con Alaba y Ribery, para lastimar la defensa de los locales. El Hachimi tuvo constantes problemas para ponerle un freno a los avances del austriaco que con criterio y precisión, terminó siendo el autor intelectual del segundo gol, en el que pisó el área para asistir a Thiago que definió al palo más lejano de Askri. 

La doble línea defensiva que propuso el técnico tunecino apenas le dio rédito. Sirvió para cortar las avanzadas jugadas del equipo alemán, pero nunca para bloquear el circuito de juego. Con la pelota en sus pies, la intención siempre fue salir rápido del fondo para quedar mano a mano contra los defensores, con transiciones rápidas en uno o dos pases. Sin embargo, la oportunidad más clara la tuvo después de un error de Neuer y un remate que pasó cerca del arco. 

Dante y su festejo de gol.

El Bayern, fiel a su estilo, mantuvo la pelota cerca del verde césped y tuvo como eje de juego a Thiago, que demostró valer lo que el club alemán desembolsó por él hace apenas seis meses. Precisión, visión de juego y conducción hicieron del ex jugador del Barca el hombre distinto dentro de la cancha. A pesar del dominio, la falta de un centrodelantero hizo que el resto del equipo carezca de una referencia en la zona de peligro y como consecuencia, el Bayern desperdició varias ocasiones de gol. 

En el complemento, las cosas cambiaron para ambos. Los de Guardiola, mucho más relajados por la amplia diferencia en el marcador y en la cancha, salieron a jugar de otra manera. El Raja Casablanca aprovechó la oportunidad, y en menos de 10 minutos consiguió dejar en jaque al campeón del mundo en tres ocasiones consecutivas, pero Neuer y el destino hicieron que el resultado se mantenga. 

Como si hubiese sido un mensaje, el Raja Casablanca aflojó también. Si el grito sagrado no había llegado en esas, sería imposible que llegue por duplicado en el resto del partido. Además, la salida de Kroos y el ingreso de Javi Martínez,  le dio solidez defensiva a un mediocampo que parecía dominado por el rival. 

El resto del partido fue un trámite en el que Raja buscó el gol histórico para el recuerdo y el Bayern no aceleró, pero tampoco se dejó dominar. Mantuvo las líneas ofensivas y se guardó resto físico para el final del año en la Bundesliga.

Guardiola volvió a gritar campeón y es el primer técnico en ganar por segunda vez el Mundial de Clubes en clubes distintos. Asimismo, el Bayern sigue en búsqueda de más títulos y va camino a transformarse en un equipo legendario. 

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