Ads 468x60px

.

Roger Milla, el que todo lo hizo posible


Un ícono del fútbol africano; el primer jugador de aquel continente que alcanzó una altura global. Su gesta en Italia ´90, cuando los Leones Indomables hicieron historia y su regreso en 1994 para escribir otra página dorada en su carrera. Un "9" delicioso y que jamás será olvidado.





Sus inicios

"Que toda la vida es sueño y los sueños, sueños son". Evidentemente la frase de Pedro Calderón de la Barca no cuadra por donde se la mire con lo que fue la carrera de Roger Milla. Este camerunés pasó a la historia por diversos logros e hitos; todos ellos logrados en la Copa del Mundo y cuando había superado la barrera de los 35 años. En estas líneas repasaremos brevemente algunos detalles de su historia en el universo fútbol.

Fue estampilla

Sus inicios (muy distintos a los que hoy puede tener un jugador africano, que ya es observado por ojeadores de clubes europeos desde la pubertad) lo tuvieron como un futbolista preponderante del pujante Camerún. Entre 1970 y 1977 en dos equipos (Leopard Doauala y Tonnerre Yaounde), Milla anotó la asombrosa cifra de 158 goles. Por supuesto, que el nivel que evidenciaban las selecciones africanas a nivel mundial no era muy auspicioso, pues Zaire en 1974 dejó una imagen lastimosa. Así y todo en esos años en los que actuó en África se hizo con el Balón de oro al mejor jugador del continente y se consagró a nivel clubes con dos Recopas.

Su frustrado paso por Francia

Sus números lo llevaron al fútbol francés, donde no pudo asentarse prácticamente nunca. Su potencia, su capacidad goleadora, y la velocidad imponente que le permitieron llegar al Valenciennes, no quedó expresada en los campos galos. Luego del equipo en el cual actuó por ejemplo Jorge Burruchaga, Milla (quien originariamente se apellidaba Miller, pero lo cambió para que sonara más africano) pasó por el Monaco y el Bastia, escuadras con las cuales obtuvo dos Copas de Francia. Sus números en aquel país marcan que estuvo 12 años y que anotó 111 tantos. Ya en el Saint-Etienne y el Montpellier (clubes a los que llego con más de 30 años) se vio una versión superadora de Milla con respecto a la que había arribado a Francia.

En Francia

Sin embargo, sus actitudes fuera de la cancha fueron siempre un elemento en contra. Viajes inesperados a Camerún, salidas nocturnas, frases polémicas, todo eso formaron un combo negativo a los ojos de los entrenadores europeos. Sin embargo, hubo un espacio en el cual siempre dio la mejor imagen: la Selección de Camerún. Con la camiseta verde disputó tres Mundiales y un Juego Olímpico, y fueron sus actuaciones con los Leones Indomables lo que lo llevaron a convertirse en el mejor jugador africano de la historia.

España ´82 y el comienzo del milagro en Italia



Camerún dejó una gran imagen en España

Luego de algunos intentos infructuosos, Camerún llegó a la Copa del Mundo de España 1982. Allí tuvo la oportunidad de medirse ante Polonia, Perú e Italia. Se fue invicta la selección africana, ya que consiguió tres empates. De hecho un polémico empate entre Austria y Alemania Occidental dejó afuera a Los Leones, que de todas formas igualaron en uno ante los futuros campeones. Tras la actuación en Los Angeles 1984, los grandes logros a nivel selecciones parecían quedar atrás para Roger Milla. Más aún, cuando en 1989 se despide de Francia y se marcha a jugar al ignoto fútbol de la isla ReuniónPrácticamente un retiro adelantado. Sin embargo, la clasificación al Mundial llevó al clamor popular que pedía que el ídolo regresara. Él se había retirado en 1988 tras ganar la segunda Copa Africana de Naciones para su país, sin embargo el pedido personal del presidente fue demasiado tentador como para dejarlo pasar. Italia ´90 lo esperaba.

Ante Rumania empezó a escribir su leyenda

Con 38 años y tras realizar reuniones con jugadores del plantel que no lo veían con buenos ojos, Milla se suma a un cuadro para el recuerdo. MakanakyPagalOman Biyik (quien amargó a Argentina en el debut), Nkono, y muchos otros formaron un verdadero equipazo. Tras vencer al connjunto de Bilardo y luego de superar a Rumania por 2-0, los Leones estaban en octavos. Fue precisamete ante el conjunto amarillo donde Milla comenzó a escribir su cuento de hadas. Su ingreso en la segunda mitad fue clave para que los Leones Indomables superaran a los de los Carpatos; dos golazos impactantes sellaron el boleto camerunés.



La definición en Italia ´90

La Makossa, su sello

En Octavos escribió su página más recordada. Partido cerrado ante Colombia, 0-0. Otra vez vuelve a entrar al campo nuestro héroe quien vuelve a anotar dos goles. Uno de ellos inmortalizado en una estampilla: le robó la pelota a René Higuita en mitad de cancha y marcó a piaccere. "Roger Milla nadie lo regatea" fueron sus simpáticas palabras.

Una de las imágenes de Italia 90

En cuartos, la situación se reiteró, sólo que Camerún estaba abajo ante Inglaterra en el San Paolo de Napoles. Su entrada revolucionó una vez más al conjunto y pasó a estar arriba el humilde equipo africano. A minutos estuvieron los Leones de pasar a semifinales, pero Codesal intervino y le dio dos polémicos penales a los británicos para que accedieran a la siguiente instancia. De todas maneras, para ese momento el equipo ya había hecho historia.




El final en USA 94

Sin embargo, hubo un último capítulo increíble de este cuento de película. Llegó Estados Unidos 1994 y una vez más Roger Milla fue llamado para formar parte del combinado nacional. Philippe Troussier lo convocó a pesar de su edad. Cuando todos creían que esto era poco serio, a los 42 años se convirtió en el jugador más viejo en la Historia de los Mundiales en marcar la competición (en una goleada 6-1 de Rusia). Por supuesto que en el festejo dejó su sello, con la Makossa, su baile inolvidable.

Gol del abuelo


0 Comentarios..:

Publicar un comentario