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El cetro cambió de manos

El Bayern Munich volvió a confirmar que es el equipo del momento. Bailó y humilló al Barcelona; paliza que fue 4-0 pero que podría haber sido más amplia. Los catalanes fueron demasiado livianitos para una tromba como el conjunto bávaro. La serie, sentenciada.



Fue una diferencia tan amplia como incontestable. De un lado un equipo con aspiraciones, con hambre de gloria y con los conceptos a desarrollar bien claros. Del otro, un conjunto que ha perdido la brújula en este 2013 por muchísimos factores y que por primera vez en mucho tiempo no llegaba como candidato a esta serie. La victoria aplastante del Bayern Munich por 4-0 sobre el Barcelona refleja lo que ocurrió en el campo de juego.

Amenazaba en la previa el equipo bávaro. Goleaba en la Bundesliga y venía avanzando en Champions con una facilidad pasmosa. Salió en la noche de Munich no sólo a no dejar jugar a su rival, sino también a herirlo de muerte. Olió sangre y afiló los colmillos

Su dupla de mediocampistas centrales puede ser la muestra más cabal. Porque Schweinsteiger volvió loco a Xavi, lo borró de la cancha, y el de Terrassa -lejísimos  del futbolista que era hace apenas dos años- sucumbió. Con él, el Barcelona. 


Un marco perfecto

Pero si lograba romper la primera línea de presión la visita, allí estaba Javi Martínez, un equilibrista, para que los locales recompusieran líneas. Claro, también cooperó el equipo de Vilanova que no salió a atacar sino a evitar que lo ataquen. En el primer tiempo, apenas un avance serio se registró. 

Por el contrario, antes de los dos minutos los alemanes ya habían tenido opciones para abrir la cuenta. Machacaron; abrieron la cancha y avanzaron en bloque. Con conceptos a partir de los cuales el Barcelona dominó el fútbol en los últimos años, ya que además añadían una presión alta importante, los bávaros eran más. Sí, no tenían un fútbol tan posicional, pero la fragilidad de su rival auspiciaba el ataque directo.

Jamás sacó un contraataque el Barcelona, ni estando empatado el juego ni cuando empezaron a caer goles del Bayern. Por evitar el golpe por golpe, los puñetazos salieron solo en una dirección. Con el gol de Muller en uno de los tantos tiro de esquina que tuvo el equipo de Heynckes se cerraba la primera parte. La mejor noticia para los culé era que había apenas un gol de diferencia; la peor es  que no habían inquietado jamás.

Messi no estaba. No podía jugar; hace dos semanas el Barcelona se abrió la caja de Pandora. Se consiguió el pasaje a semifinales, pero a qué precio. Hablamos del Complejo de Messi y esa tendencia volvió a evidenciarse con un Leo que lejos estaba de su plenitud, más allá de tener el alta médica. Aquella mala gestión que trajo un resultado positivo terminó pagándose en Munich, jamás encontró caminos alternativos el equipo catalán.  

De arranque en el complemento cayó el segundo; otra vez en una acción de balón parado. Mario Gómez estaba en offside. Fue luego del segundo tanto el mejor tramo del Barcelona;  intentó aproximarse a Neuer, pero no había caso. Una mandada de Piqué casi deriva en el descuento (antes Bartra se había perdido un gol claro), el rechazo derivó en Alves y el brasileño, en una de sus pocas equivocaciones de la noche, se la entregó a Alaba. Terminó en gol del Bayern. 


Robben y una definición top

Este tanto fue más claramente ilegítimo; Muller obstruye a Jordi Alba pero Robben define a la perfección. Mala noche del árbitro Kassai quien en la primera parte no había sancionado un penal de Piqué. Ese tercer tanto fue el knockout. Quedó groggy el conjunto blaugrana; no había reacción desde el banco. Lo contrario a lo que hizo Heynckes,quien cuando advirtió una merma en la presión incluyó a Luiz Gustavo en lugar de Gómez, adelantando a Schweinsteiger. Buena lectura del entrenador que está por retirarse

Este punto marca la confianza en el plantel de uno y otro técnico. Ni siquiera siendo un caos el equipo Vilanova realizó variantes. Villa entró con un 4-0 en contra; presencia testimonial del asturiano. Ese cuarto tanto fue otra gran maniobra colectiva con Alaba llegando al espacio para servirle el tanto a Muller, quien había pedido el cambio minutos antes pero seguía en cancha. Hasta esos guiños favorables tuvo el Bayern

En el final, el Barcelona perdió la compostura. Alba debió irse expulsado por un pelotazo; otra muestra de lo que fue el equipo en la noche de Munich. La serie quedó sentenciada y con esto la temporada para la escuadra de Vilanova. No hay margen para creer en milagros, ni siquiera con Messi del otro lado

Es que el Bayern Munich es un magnífico equipo de fútbol, el mejor de la actualidad. Si finalmente se queda o no con la Champions es otro cantar, pero hoy le dio una lección de fútbol al equipo que fue del 2008 hasta este 2013 el mejor del mundo. El cetro parece haber pasado de manos esta noche.

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