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Lo que nos dejó la Copa África



CR amplia fronteras. En esta oportunidad el resumen final de la CAN no los trae Jaime Bonnail González desde España. El título de Zambia, las decepciones y un certamen plagado de sorpresas


Cuando empezó la CAN nada hacía presagiar que se pudieran vivir tantas sorpresas, tantas ilusiones ni tantas decepciones. Sin embargo África es un cúmulo de sensaciones en el que cualquier partido es un mundo. Para empezar todos los entendidos dábamos como favoritas a cuatro selecciones: Marruecos, Ghana, Costa de Marfil y Senegal. Pues bien, dos de ellas quedaron eliminadas en la fase de grupos. Senegal y Marruecos sucumbieron ante equipos muy inferiores en el aspecto técnico a estas dos potencias africanas. Demba Ba no apareció, Chamakh estuvo ausente al igual que Taarabt, en definitiva, como se suele decir: "las grandes estrellas aparecen en las grandes citas", pero debió ser que esta no era una gran cita para ellos. 

La fase de grupos nos ofreció aparte de las sorpresas mencionadas, grandes revelaciones, como fueron las anfitrionas Guinea Ecuatorial y Gabón, que se hicieron notar sobre todo por el fútbol vistoso que nos transmitieron. Juvenal nos ofreció control de balón, manejo y pausa; Aubameyang velocidad y desborde. 

Aubameyang fue una de las figuras de Gabón
Otro país que verdaderamente causó sensación fue Sudán, que se coló en cuartos en el último suspiro cuando nadie apostaba por ella. Msakni de Túnez nos enamoró, Katongo de Zambia fue el gran dominador de las áreas. Sin embargo, las eliminatorias nos iban a dejar aún más sorpresas. 

Las selecciones favoritas que quedaron, es decir, Ghana y Costa de Marfil, hicieron un fútbol muy pobre pero efectivo. La selección de Drogba y compañía, no encajó ni un solo gol en todo el torneo. Pero el estilo europeizado que demostraron dejó mucho que desear. Los cuartos de final fueron eliminatorias que no dejaron apenas sorpresas. Zambia ganó cómodamente a Sudán, Costa de Marfil hizo lo propio ante Guinea Ecuatorial. No obstante, los dos partidos más igualados fueron el Gabón-Mali (que se resolvió en penaltis, a favor de Mali) y el Ghana-Túnez (con victoria en la prórroga de Ghana tras fallo del portero tunecino, Mathlouthi). Las semifinales aparentemente nos dejaban a las dos grandes favoritas, Ghana y Costa de Marfil, a los pies de la final soñada para los organizadores de la CAN.

Drogba falló en la serie de penales
Sin embargo, no contaban con Zambia, ese país que lucha por sobrevivir a tanta pobreza y que con lucha y coraje supieron vencer a Ghana y colarse en otra final de la CAN casi 18 años después. Mayuka fue encumbrado como héroe nacional únicamente por anotar el tanto que daba el pasa a la final. El portero Mweene por su parte, también entraría en los libros de historia tras parar un penalti a Gyan. Con los chipolopolo en la final, ya sólo quedaba esperar el rival. Costa de Marfil ganó con un gol de Gervinho a la correosa selección de Mali, la cual desde mi humilde opinión, la suerte acompañó durante toda la competición.

La final como tantas veces ha ocurrido en el mundo del fútbol, era el grande contra el pequeño. Era la potencia marfileña de los Touré, Drogba, Kalou y compañía, contra la rebeldía técnica europeizada de la selección de Herve Renard. Aquella Zambia luchadora, que apenas sin hacer ruido se coló en la final. El partido fue una ida y venida de ambos equipos, el dominio de los elefantes se hizo palpable desde el primer minuto, pero a medida de que pasaban el tiempo, el partido se iba tornando de color verde. Nadie perforó ninguna de las dos metas, incluso teniendo la oportunidad Drogba desde los once metros. Sin embargo, la lotería de los penaltis era cada vez más palpable. 

 

La gente mordiéndose las uñas, no cabía ni un alfiler en el estadio de Libreville. Llegaron los penaltis, nadie fallaba, y el que lo hacía primero, fallaba el otro después. Hasta que la moneda cayó de cara de Zambia. Kolo Touré falló y Sunzu marcó. No había vuelta atrás Zambia ganó su primera CAN y lo hizo honrando a aquella expedición del 93 que pereció en accidente aéreo. Katongo levantó el ansiado trofeo delante de los dirigentes africanos y mundiales, para demostrar que el fútbol más pobre también tiene un hueco en lo más alto del panorama mundial.

Festejo para la historia
Jaime Bonnail González

Twitter: @Jbonnail

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