Los de Birmingham están seriamente comprometidos con el
descenso y deberán esperar un milagro para no descender por primera vez desde
la creación de la Premier League.
Es una temporada de sorpresas en Inglaterra. Leicester City
pelea de igual a igual el título con algunos de los gigantes del fútbol inglés,
Liverpool deambula por la parte media de la tabla y Chelsea mira de reojo los
últimos tres lugares, por citar sólo algunos ejemplos.
El momento de Aston Villa también genera cierta extrañeza
por lo que significa este histórico equipo de la ciudad de Birmingham, aunque
la crisis que vive hoy es resultado de una serie de malos manejos deportivos e
institucionales que ya lleva varios años.
Su situación actual es alarmante: está último en la tabla,
con apenas tres triunfos en 25 partidos. Con 13 encuentros por jugar, los
dirigidos por el francés Rémi Garde están a ocho puntos del 17° clasificado y
aún deben enfrentar a Manchester City, Arsenal, Liverpool, Tottenham,
Manchester United y Chelsea. Un camino
repleto de obstáculos, dónde el mínimo tropiezo puede sentenciar el destino de
uno de los clubes históricamente más importantes de Gran Bretaña.
Está claro que las páginas doradas de este equipo fundado en
1874 han quedado en un capítulo viejo al que los hinchas acuden cada vez más a
menudo para olvidar por un rato el magro presente. Siete títulos de liga lo
ubican como el quinto club más ganador en Inglaterra, detrás de Manchester
United, Liverpool, Arsenal y Everton. Además, con cuatro conquistas es uno de
los cuatro ingleses más ganadores a nivel internacional, siendo la Copa de
Europa (hoy Champions League) el trofeo más importante en sus casi 150 años de
historia. Siete F.A Cup, cinco Copas de la Liga y una Community Shield completan
la vitrina de Aston Villa, uno de los fundadores de la Football League y
también de la Premier League, en la cual además es hasta ahora uno de los siete
equipos que jugaron todas las temporadas. Logro que está muy cerca de romperse.
La delicada actualidad deportiva no es nada nueva. Los malos
resultados comenzaron en la temporada 2011-2012 y continuaron de manera
ininterrumpida hasta llegar al punto crítico en que se encuentra hoy. De hecho,
en la pasada edición de la liga inglesa los del barrio de Aston lograron salvar
la categoría en la penúltima jornada, tras un decente cierre de campeonato bajo
la dirección técnica de Sherwood. Sin embargo, las derrotas volvieron con el
inicio del nuevo torneo y se cobraron el puesto del ex técnico de Tottenham.
El momento futbolístico del equipo de Birmingham es un fiel
reflejo de los desaciertos institucionales de la última década. En 2006, el
club fue comprado por el estadounidense Randy Lerner con la promesa de llevarlo
a los primeros planos en el ámbito doméstico e internacional, algo que logró
sólo en los primeros años. Sin embargo, su escasa participación en la tarea
cotidiana de la institución generó que en 2014 pusiera en venta su mayoría de
acciones, sin encontrar comprador.
La crisis deportiva del último tiempo llevó al
estadounidense a dar un paso al costado como presidente de la institución,
puesto para el que contrato a Steve Hollis, aunque sin resultados positivos a
la vista. La última determinación de la directiva fue no contratar
incorporaciones en el mercado de pases de invierno, decisión claramente errónea
teniendo en cuenta su situación.
Hoy, todo parece estar cuesta arriba para los dirigidos por
Garde. El triunfo ante Norwich City en la pasada jornada fue un poco de aire
fresco para un conjunto que se hundía un poco más cada fin de semana. Ahora,
Aston Villa tiene 13 partidos para salvar una buena parte de su historia, esa
que lo ha colocado como uno de los equipos más tradicionales y prestigiosos del
fútbol inglés.
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